octubre 22, 2014
Diariamente, cada habitante de este país genera un kilo de residuos. Eso significa casi nueve mil toneladas diarias en los vertederos. De esa cantidad, algo más de la mitad son desechos orgánicos. Aproximadamente un 16% es papel o cartón y los plásticos rodean el 13%. Aún cuando usted lea esto y se preocupe por el tema, las probabilidades de que tome acciones para reducir la cantidad de residuos que genera no son muchas.
Sin embargo, si desea tomar acciones, debe, entre otras cosas, tomar importantes decisiones: a) no utilizar papel o carton ni promover su uso –ni en su casa ni en el trabajo-, b) eliminar todo envoltorio de presentación en sus compras (dejar de requerir fundas en el supermercado, y llevar las suyas) c) reducir considerablemente la generación de residuos orgánicos (alimentos), d) rechazar todo envase que sea descartable .. y muchas otras más…
Pero no todo es culpa del ciudadano… ya que todas estas decisiones no son siquiera incentivadas desde un marco legal apropiado, porque éste no contempla principios y aspectos esenciales para la adecuada gestión de residuos. Las normas técnicas elaboradas por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales son insuficientes para resolver la problemática a nivel nacional.
Desarrollo v/s Residuos
Puede suponerse que un mayor desarrollo conlleva un aumento en la generación de residuos. En efecto, países industrializados como Dinamarca o Noruega generan anualmente más de 400 kg de basura por habitante. Sin embargo, ellos cuentan desde hace tiempo con un sistema de gestión integral de residuos, que incluye la responsabilidad compartida de todos los involucrados en la cadena, desde el generador hasta el encargado de la disposición final, y metas de minimización de generación, reciclado y reutilización de ésta. De esta manera, la basura que genera un danés no llega a un vertedero, sino que tiene infinitas alternativas de valorización, reutilización, etc. Disponen también de excelentes incentivos para que los grandes generadores de residuos busquen alternativas antes de enviar residuos a disposición final… el Estado cobra importantes sumas por el volumen de residuos que no tienen otra utilidad, una buena forma de convencer al ciudadano de contribuir con la eficiencia del sistema, y por ende, la protección del medio ambiente.
En efecto, la gestión integral de residuos conlleva la incorporación del concepto “basura cero” o cero residuos, que recuerda que nada es un desecho que se abandona, sino que se reaprovecha en un ciclo continuo. El objetivo es que sea una mínima cantidad los que lleguen a la etapa de disposición final. Este concepto se relaciona con el principio de jerarquía en la producción y gestión de residuos, el cual significa centrarse en la prevención (minimización), la preparación para la reutilización y en el reciclaje u otras formas de valorización, incluida la energética.
¿Una ley marco sobre residuos sería suficiente para resolver la problemática de residuos?
A todas luces la respuesta es negativa. No existen soluciones simples para una algo tan complejo, con connotaciones no solo ambientales, sino también sociales y económicas. Un marco legal apropiado sería, sin embargo, un buen comienzo.
¿Qué debería incluir una ley de gestión integral de residuos?
El principio de Responsabilidad Compartida, por el cual todos los ciudadanos son responsables de sus residuos y de su correcta disposición.
Jerarquía de los Residuos, mediante el cual se promueve su reducción, y si ello no es posible, su reutilización o su reciclaje. Sólo de ser necesario y no hubiese alternativa, se realizaría la disposición final de éste.
El Principio de Responsabilidad Extendida del Importador-Productor, que obliga a quien genera el residuo a asegurar su responsabilidad sobre éste hasta su disposición final, internalizando al mismo tiempo los costos para ello. Este principio conlleva para ciertos productos la obligación de establecer lo que se denomina “logística reversa”, que deja en manos del adquiriente o consumidor la obligación de hacer entrega del producto (residuo) que queda fuera de uso, para su disposición final.
Sostenibilidad Económica. El aspecto financiero es un punto esencial para la organización del sistema. El cobro efectivo de los costos asociados a su gestión es imprescindible. La aplicación de tasas de servicio apropiadas, diferenciadas para grandes y pequeños generadores y cobradas, por ejemplo, a través de otros servicios esenciales (i.e. servicio de electricidad), así como también el establecimiento de desincentivos a la generación de residuos y la imposición de fuertes multas por incumplimientos, pudieran ser soluciones adecuadas.
Obligatoriedad de implementación del sistema de gestión integral para ayuntamientos. Una vez resuelto el aspecto financiero, entre otros factores, la obligatoriedad del sistema de gestión integral para todos los ayuntamientos del país y todos los generadores de residuos en general, incluido el buen vecino, debería ser inexcusable a partir de determinada fecha.
Sin los aspectos esenciales mencionados anteriormente, puede ser difícil, sino imposible, organizar el sector residuos en la República Dominicana de una vez y para siempre.